El alcalde de Caroní, José Ramón López, no es el único funcionario rojo rojito que ha sido acusado y privado de libertad por hechos de corrupción. El caso de “El alcalde trabajador”, como era llamado por el fallecido presidente Hugo Chávez, es solo el más reciente de una lista de suspensiones, condenas y detenciones que viene del 2008.

Los  200 millardos de bolívares de Carlos Giménez

El 27 de marzo de 2008, la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, solicitó a la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la “declaratoria de Haber Mérito” contra el entonces gobernador de Yaracuy, Carlos Giménez, por presuntamente haber incurrido en los delitos de peculado doloso impropio, evasión de procesos licitatorios y concierto con contratistas.

Esto desató la respuesta casi automática del gobernador que aseguró sentirse “traicionado por el chavismo” y acusó a la entonces magistrada del TSJ, Luisa Estela Morales, de haber montado el expediente para sacarlo del juego político, porque tenía “pretensiones de ser candidata a la gobernación del estado”.

Más tarde, el Ministerio Público comprobó que el gobernador promulgó decretos de emergencia en la entidad (el 8 de diciembre de 2004) como medio para justificar fraudulentamente adjudicaciones directas a las cooperativas: El Lamedero R.L, y las empresas Multiservicios Juan C. A., Vaez Inversiones C.A, SH Inversiones, C.A, Insumos Tecnológicos Insutech, C.A, “evadiendo los proceso de licitación y demás controles o restricciones establecidas legalmente”.

El Ministerio Público dictó medida de detención contra el alcalde por considerar que había “peligro de fuga” luego de que se le citó a comparecer ante el despacho fiscal tres vez y no se presentó. El proceso perdió el curso porque se desconocía su paradero.

12 años de cárcel para Abel Villalba

Funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) aprehendieron en su residencia, ubicada en Guanarito, estado Portuguesa, al entonces alcalde del municipio, Abel Villalba, el 18 de abril de 2011.

Los delitos que se le imputaron fueron: comisión de delitos de peculado doloso propio, concierto de funcionario público con contratista y malversación específica por sobregiro presupuestario. Se calcula que el manejo irregular de los recursos que tuvo el alcalde ocasionó un daño patrimonial al Estado de más de Bs. 6 millones.

Cumple su condena en el Centro Penitenciario de Los Llanos Occidentales.

Medida humanitaria dejó en libertad a Edgardo Parra

El exalcalde de Valencia cambió cárcel por casa la noche del 14 de mayo de 2014 tras cumplir una pena de siete meses. Ese día, el Ministerio Público le otorgó una medida humanitaria y fue trasladado de la sede del Sebin, en el municipio Naguanagua, hasta su quinta en la urbanización Prebo, en Valencia. También se le devolvieron sus bienes.

Parra fue acusado mientras ejercía sus funciones como alcalde por el gobernador de la entidad, el también oficialista Francisco Ameliach, por manejo irregular del erario público.

Tras su captura se descubrió el negocio que mantenía con cooperativas fantasmas a través de las cuales obtenía contratos para lucrarse. Según transcendió en los medios de comunicación, el alcalde les pagaba a unos cooperativistas de San Felipe que se encargaban de mantener en orden los documentos solicitados por la Superintendencia Nacional de Cooperativas (Sunaccop) y así desviar la atención de las autoridades.

Su detención produjo cuatro días después de que el presidente Nicolás Maduro solicitara en la Asamblea Nacional poderes especiales para legislar contra la corrupción, un flagelo que admitió involucraba también a “falsos chavistas”.

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1 comentario

  1. Estos funcionarios son todos rojos rojitos, como le gustaba decir al difunto galactico, pero son lo que son: corruptos como la mayoria de sus copartidarios en el poder. Claro que el cucuteno insiste en que los problemas venezolanos se les debe a sus paisanos a los que niega con el entusiasmo de los cobardes. Pero Nicolas tendras tu momento en el banquillo de los acusados y seras medido con la vara de la justicia y ni siquiera el pajarito que sabemos podra salvarte de la carcel.

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