Cinco días después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió “sendas sentencias aclaratorias” para agregárselas a las sentencias 155 y 156, el presidente del Consejo Moral Republicano, Tarek William Saab se pronunció al respeto.

Expresó que el Consejo “Declara improcedente la solicitud de calificación de falta grave contra magistrados de la Sala Constitucional del TSJ. Las sentencias 155 y 156 del año 2017 fueron de oficio aclaradas mediante decisiones complementarias de la misma fecha”, indicó a través de un contacto telefónico por el canal Venezolana de Televisión (VTV).

Saab, quien también es el Defensor del Pueblo,  llamó a la calma al país.

Las declaraciones del representante del Poder Moral estuvieron precedidas por un dato: esta decisión se dio “gracias” al Consejo de Defensa Nacional convocado por el presidente de Nicolás Maduro.

Esta última semana de marzo, y principio de abril, cuatro decisiones han vulnerado más los valores democráticos: las dos primeras, las sentencias 155 y 156, limitaron la inmunidad parlamentaria, otorgaron poderes al Presidente para legislar en materia penal y lo autorizaron para crear empresas mixtas en el área de hidrocarburos, y la Sala Constitucional asumió las competencias de la Asamblea Nacional.

Organizaciones políticas, constitucionalistas, ONG, gremios, se manifestaron y al menos 20 países mostraron su preocupación por lo que se considera un golpe al parlamento. Además la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, manifestó que ambas sentencias rompían la constitucionalidad del país. También reaccionaron la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos y Mercosur convocó una reunión de emergencia.

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1 comentario

  1. Una auténtica actuación de lo que es moral e inmoral, ético y antiético, valores y antivalores, se podrá hacer en la medida que exista una adecuada formación: familiar -la más esencial-, escolar y social. Que permita la creación de principios y normas que equilibren la conducta de los seres humanos. Respetando las costumbres, tradiciones y creencias de la sociedad y cultura pero por sobre todo respetando la vida en todas sus dimensiones. Este personaje no tiene ni lo tendrá nunca conducta moral y ética; recordar sus actuaciones en la gobernación de Anzoátegui donde dejo mucha tela que cortar. Este asalariado del gobierno no contradice a los caprichos de Maduro, de lo contrario sabe que será sometido al escarnio público como se ha visto cuando un funcionario cae en desgracia de este régimen dictatorial (Baduel). No es el defensor del pueblo es el defensor del puesto.

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