Treinta y cinco países participaron en la sesión extraordinaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA) celebrada este 28 de marzo para definir si se discutía la situación venezolana. Veinte países votaron a favor y 11 en contra. Dos países se abstuvieron (Antigua y Barbuda y Trinidad y Tobago) y uno (Granada) se ausentó.

El primero en hablar fue Canadá, quien dijo estar “de acuerdo” con el análisis de la situación en Venezuela que expuso Luis Almagro, secretario general de la OEA. “Los Estados Miembros de la OEA necesitan unirse y colaborar con la gente y el gobierno de Venezuela para encontrar solución a la crisis. Los venezolanos han sido despojados de su capacidad de voto y su derecho fundamental a expresar disentimiento”.

“Guiados por la Carta Democrática Interamericana, todos los Estados miembros tienen la obligación de promover y defender la democracia. El diálogo solo puede funcionar cuando todos están genuinamente involucradas en el proceso y están comprometidas a encontrar soluciones”, aseguró el representante del país.

Rogelio Sotela Muñoz, embajador costarricense ante la OEA, expresó la posición de su país. “Es urgente y se requiere definir una hoja de ruta para Venezuela. Una hoja de ruta que afiance el Estado de Derecho, que garantice la separación de poderes“, afirmó. “La estabilización de Venezuela y su recuperación democrática depende de los venezolanos y su Gobierno, y también de nosotros. Costa Rica está en la mejor disposición de contribuir a facilitar el diálogo abierto e incluyente”.

“También, ratificamos nuestro apoyo y total respaldo a esta Organización, cuyo aporte es decisivo para encontrar una solución pronta. Costa Rica aboga por sociedades justas, que se construyen en paz, apegadas al derecho y respetuosas de todos los derechos humanos”, embajador de Costa Rica.

El embajador Juan José Arcuri, representante permanente de Argentina, dijo que su país respalda el diálogo en busca de soluciones, siempre que “no sea una pantalla”. También aseguró que la presencia de Venezuela en la sesión era un buen indicio.

“Celebramos que Venezuela esté acá y vamos a hacer todo lo posible para que Venezuela siga acompañándonos en este diálogo y esperamos lo tomen como lo que es: no como una injerencia, por favor, esto es una genuina preocupación de una región, de los Estados que estamos acá en esta mesa tratando de llevar una solución”, expresó.

Andrés González, embajador de Colombia, dijo que la crisis venezolana ya no se puede ignorar. “Por cuanto nuestros países no pueden mantenerse indiferentes ante la crisis económica, política, social, que pueda presentarse en cualquiera de ellos (…) La crisis que actualmente se observa en Venezuela constituye un desafío para nosotros y para la organización”.

La suspensión de un país miembro de la OEA, afirmó, es “un último recurso” y deben “agotarse los esfuerzos diplomáticos en un lapso razonable”.

“De parte de Chile no hay ninguna actitud, intención perversa, no hay mala fe, tampoco hostilidad, cada vez que podamos expresar como país hermano, (…) nuestra preocupación por situaciones complejas que obstaculizan el diálogo político en Venezuela”, dijo Juan Anibal Barría, embajador del país austral.

Para México es importante la liberación de los presos políticos y el llamado a elecciones. “Contamos con la voluntad política y los instrumentos legales necesarios para que en un marco de respeto a la soberanía de Venezuela podamos coadyuvar en una nueva etapa de diálogo y negociación entre el gobierno de Venezuela y todos los actores locales directamente interesados, que produzca resultados concretos en un plazo razonable, predeterminado”, dijo Luis Alfonso de Alba, embajador de la nación azteca ante el organismo.

Jamaica recomienda que los mediadores del proceso de diálogo nacional sean invitados para que presenten un informe actualizado ante el Consejo Permanente sobre el estado del diálogo y cómo se puede obtener un mayor progreso”, fue lo que dijo Audrey Marks, la embajadora de ese país.

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