Mientras la oposición mantiene las protestas en las calles, la economía venezolana ha seguido su descenso. Economistas consultados por Efecto Cocuyo aseguran que la recesión -disminución o pérdida generalizada de la actividad económica calculada según el Producto Interno Bruto (PIB)– se profundizó en los primeros cinco meses de 2017 por la política errática del Gobierno nacional.

Las estimaciones son desalentadoras para el cierre del año: 500% de inflación, en el mejor de los escenarios, y caída del PIB en 7%, lo que contrasta con las estimaciones del Banco Mundial que prevé un crecimiento de 1,5% del PIB en América Latina.

El empeoramiento de la economía se registra en medio de un clima de conflictividad política y del anuncio de un nuevo esquema de control cambiario (Dicom II) que representa una devaluación del 67% del bolívar.

Un frenazo en octubre

Los indicadores disponibles sugieren que el primer semestre continuará la tendencia de declive. El indicador más importante es la caída de 30% de las importaciones en el primer trimestre. Existe la posibilidad de que entre junio y mediados de octubre mejore el flujo de divisas disponibles porque Pdvsa está en receso en cuanto al pago de su deuda que ronda los 4 millardos de dólares.

Esto le permitirá al Gobierno tener más disponibilidad de dinero para priorizar las importaciones, pero a partir de octubre vamos a tener otro frenazo. La suma del año va a ser negativa”, señala la economista Tamara Herrera.

El Gobierno del presidente Nicolás Maduro intenta mitigar la sequía de divisas con la venta de títulos de valor. La más reciente operación fue la compra de bonos de Pdvsa que hizo la financiera estadounidense Goldman Sachs con un descuento de 69%, informó The Wall Street Journal.

La firma estadounidense acordó pagar al Banco Central de Venezuela 865 millones de dólares, 31 céntimos por dólar, por la adquisición efectiva de títulos emitidos en 2014 con vencimiento en 2022, por un valor de 2.800 millones.

Este “negocio”, afirma Herrera,  “denota una ausencia de liquidez de divisas y demuestra que el Gobierno tiene que recurrir a operaciones financieras extraordinarias para obtener ingreso de divisas”.

El pago de Goldman Sachs inyectó oxígeno a unas mermadas reservas internacionales y pudieran alimentar la primera subasta del Dicom II. “Es una antesala interesante para el lanzamiento del nuevo Dicom y podría pensar que parte de ese dinero va a financiar las nuevas operaciones de este nuevo segmento del Dicom. Los resultados de la subasta van a indicar si el Gobierno está dispuesto a estabilizar el cambio paralelo para eso se necesita agresividad en el precio y la cantidad a ofertar y disciplina en la regularidad de las subastas”, manifiesta.

La experta destaca como aspectos positivos de este nuevo sistema el precio anunciado por dólar de Bs. 2.000 y la publicación de los beneficiarios, aunque subraya que es determinante que el Gobierno “sorprenda” con la cantidad de divisas a ofertar para que el mercado reaccione, pues “es tanta la pérdida de credibilidad que ni siquiera el anuncio de este nuevo Dicom hizo retroceder el mercado paralelo”.

Menor oferta de bienes y servicios

La caída de importaciones se traduce en cada vez menos oferta de bienes y servicios, al punto que el director de Econométrica, Henkel García, calcula que cada venezolano tiene acceso solo a la mitad de los productos y de los servicios a los que tenía hace cuatro años.

Es decir, si una persona podía encontrar en el anaquel dos paquetes de arroz hace cuatro años, ahora solo puede encontrar uno, si no es un producto regulado.

La “profunda restricción de divisas” es la causa principal de los indicadores económicos “desastrosos”, en opinión de García. “El bajo nivel de reserva, el más bajo históricamente, indica que la situación es compleja y que se requiere ayuda financiera internacional, pero el Gobierno no recurre al Fondo Monetario Internacional porque esto implicaría un cambio en su política”, subraya.

Aunque el director de Econométrica señala que la convocatoria de protestas políticas influye en la productividad del país, “las empresas hacen todo lo posible por operar en un horario reducido, 2017 ya seguía la tendencia de 2016 como un año desastroso antes de que comenzaran las protestas”, advierte.

Un sistema “caótico”

Para el economista y profesor universitario Arlán Narváez, las protestas “han contribuido a aletargar mucho más la economía”; sin embargo, resalta que la política económica del presidente Maduro ha sido más perjudicial.

“Las reservas son los ahorros que tiene el país y su caída es un reflejo de cómo se ha venido deteriorando nuestra situación, cómo hemos perdido nuestra protección para frenar contingencias” afirma.

El experto precisa que el nivel de divisas no es suficiente para cumplir con los compromisos internacionales de la nación estimados en alrededor de 200 millardos de dólares.

“La deuda consolidada está alrededor de los 200 millardos de dólares. En 1999, esos compromisos eran sustancialmente más bajos, de unos 30 millardos de dólares”, apunta.

La caída de reservas ha sido de 33% (5.512 millones de dólares) en los últimos dos años.

“Nuestra deuda además de onerosa: por el alto nivel de riesgo que perciben los mercados hay que pagar intereses sumamente elevados”, agrega.

Narváez define la economía venezolana como un sistema “caótico” que eleva la deuda con China y Rusia. “Dentro de las diferentes fuentes de divisas no solo se sacrifica la importación de bienes necesarios sino que se endeuda el país con la hipoteca de las acciones de Citgo a la petrolera rusa Rosneft como garantía de pago (…) la economía venezolana puede resumirse en una palabra: caos”, concluye.

Foto: http://elvenezolanonews.com

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