El Grupo Internacional de Contacto de la Unión Europea (UE) insiste en que la salida a la crisis política de Venezuela pasa por la convocatoria de elecciones libres, creíbles y pacíficas.
El nuevo llamado que hizo el grupo europeo, este viernes 29 de marzo, solo es posible bajo una “amenaza creíble” que obligue al régimen de Nicolás Maduro a negociar, en opinión de la consultora política Carmen Beatriz Fernández.
“Para que la iniciativa del Grupo de Contacto tenga efecto la opción de la fuerza tiene que estar activa. Este llamado (del grupo europeo) solo podría funcionar dentro de un esquema de policía bueno y policía malo en el que Estados Unidos sea el malo y presione con la amenaza de sanciones, intervenciones financieras, comerciales e incluso militares. Si no hay una amenaza creíble no hay incentivos para que Maduro se siente a negociar”, afirma.
El orden de los factores sí altera el producto en la crisis política venezolana, explica la analista: “El cese de la usurpación y el gobierno de transición son necesarios para llegar a las elecciones libres porque la sociedad venezolana está dividida en una proporción de 80% – 20%, y el 20% que apoya a Maduro tiene el control del 80% de las instituciones del país”.
Este control del Estado por parte de la minoría que respalda a Maduro es denominado por la profesora universitaria “pareto pésimo” en referencia al economista italiano Vilfredo Pareto quien desarrolló la teoría según la cual el 20% de una población ostenta el 80% del poder político y la abundancia económica, basándose en el estudio que hizo sobre la propiedad de la tierra en Italia.
Fernández coincide con el abogado José Ignacio Hernández, quien señala que la inhabilitación de Juan Guaidó prueba que no hay integridad electoral en Venezuela porque el régimen de Maduro busca sacar del juego a contendores que puedan ganar en unos futuros comicios.
“Si el Grupo de Contacto plantea elecciones libres como el único elemento entonces tiene que garantizar que existan unas elecciones libres y buscar la manera bien sea con un árbitro electoral multinacional o un mecanismo que permita elecciones competitivas”, expresa.