La escasez de fármacos e insumos, que afecta tanto a las farmacias como a los centros de salud públicos y privados, ha llegado a un punto tal que según los principales voceros de la Federación Médica de Venezuela, de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), de la Red de Sociedades Científicas y Médicas, así como de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), deviene en un terrible escenario al que aún cuesta catalogar. Autoridades gubernamentales, aunque reconocen la situación, prefieren abstenerse de utilizar calificativos alarmantes.

Freddy Ceballos, presidente de Fefarven, lo tiene claro: Aquí hay una crisis humanitaria. Para llegar a esta conclusión, lo más vinculante es el hecho de que “pacientes están muriendo” por falta de medicamentos. El representante, explicó que la cifra de desabastecimiento de fármacos ronda el 80% y aseguró que con las 7 millones de unidades que hay actualmente, no se cubren los requirimientos sino por 15 días más.

Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica, no se estanca en un calificativo pero sí tiene claro que es alarmante y de gravedad.  “En Venezuela hay una crisis sostenida que se ha venido agravando paulatinamente de una manera inexorable”, expresó. El galeno mencionó que, de los 300 hospitales del sistema público, existen una grave falla de 95 % en materiales, insumos y medicamentos, de la que responsabilizó al Gobierno quien, recordó, es el encargado de garantizar la salud y de destinar los recursos necesarios para ello.

“Aquí el sistema ya se paralizó, por eso podemos decir que es una crisis humanitaria; pero ese no es el problema, hay que llegar a las soluciones”, indicó Jesús Pereira, presidente de la Red de Sociedades Científicas y Médicas. El hecho de declarar el estado de emergencia nacional facilitaría el ingreso de la ayuda internacional, necesaria si se tienen en cuenta las deudas mil millonarias que tiene el Gobierno con los proveedores, informa el cirujano plástico. “Ponle el nombre que quieras, pero el sector salud está grave”, concluyó.

Si bien la titular de la cartera de Salud, Luisana Melo, reconoció el problema cuando indicó que una de sus prioridades será precisamente “garantizar los insumos y medicamentos de manera oportuna y ordinaria para restablecer el acceso de la población”, la pediatra no utiliza términos como emergencia o crisis para referirse a la situación actual.

Tampoco lo hace Carlos Rotondaro, presidente del Instituto de Seguros Sociales (Ivss), que aún identifca con el “amarillo” el inventario de fármacos en el país, según comentó Francisco Valencia, presidente de Codevida, quien sostuvo una reunión con él.

¿De qué va?

La Universidad Autónoma de Barcelona, a través de un estudio de la Escuela Cultural de Pau, define a la crisis humanitaria como “aquella situación en la que existe una excepcional y generalizada amenaza a la vida humana, a la salud o a la subsistencia”. Dentro de su concepto aclaran que estas crisis aparecen normalmente cuando hay una situación de desprotección previa, donde una serie de factores preexistentes como pobreza, desigualdad y falta de acceso a servicios básicos son potenciados por un detonante. Elos hablan de una catástrofe natural o humana, o de un conflicto armado que multiplique sus efectos destructivos.

Esta es tan solo una concepción de las que se pueden conseguir en distintas redes, pero contempla la amenaza a la salud y vida “generalizada”. Es por ello que, Francisco Valencia de Codevida, hace dos meses expresaba que el país se encontraba en las puertas de una crisis humanitaria. Para esta semana, el presidente de la Coalición de Organizaciones aseguró que la mortandad de pacientes crónicos se está dando por falta de medicación, no por sus padecimientos, lo que encendió las alarmas.

Aunado a lo anterior, el repunte de las enfemerdades infecto-contagiosas como la malaria, el dengue, la chikunguya, el zika, entre otros, incluyendo todas sus complicaciones y la desatención del fenómeno por parte de las autoridades, hace considerar tanto a León Natera como a Pereira que la solución está lejana.

Pese a ello, se unen al llamado de Ceballos y Valencia. Hay que priorizar el sector salud, destinar los recursos necesarios para pagar la deuda millonaria del Estado con los laboratorios y proveedores, agilizar las importaciones de medicamentos y de materia prima a las empresas y, finalmente, trabajar en conjunto por el bien común.

Foto: Entorno Inteligente

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