“Jabones, compre jabones, jabón sin cola”. Ese grito ya es más que conocido para cualquier usuario del Metro de Caracas, donde, aunque esté prohibido vender, se ha convertido en una especie de mercado para conseguir eso que no está en los anaqueles de los tradicionales. Como el jabón.
Aunque los jabones artesanales pueden representar una solución a la escasez, es uno de esos casos donde puede llegar a ser peor el remedio que la enfermedad. La mayoría de los jabones no indican con qué fueron hechos, lo que imposibilita saber si contienen algún componente al que se es alérgico. Mucho menos tienen Registro Sanitario.
El ministerio de Salud intentó tomar cartas en el asunto, pero de una forma más bien débil. Ha emitido dos Providencias al respecto, una el 6 de abril y una el 8 de julio, pero no han cambiando mucho las cosas. En ambas se dice más o menos lo mismo: todo aquel que realice productos cosméticos artesanales debe registrarlos ante la Dirección de Drogas, Medicamentos y Cosméticos adscrita al Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria.
Deben presentarlos con Rif, Registro de Comercio, Inspección de Instalación y Funcionamiento y el listado de productos que ofrecen, con nombre, contenido neto, fabricante y distribuidor. También deben realizarse análisis microbiológicos a fin de especificar sus valores fisicoquímicos.
Providencia 162 2016 Productos Cosmeticos Artesanales by Efecto Cocuyo on Scribd
El Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria habilitó dos números telefónicos para denunciar este tipo de casos (0212-4080503 y 0426-5128540). El Cantv repica sin ser contestado, mientras que el Movilnet dice que “el número no puede ser encontrado”.
La doctora Valentina Ovalles, dermatóloga, explicó que este tipo de jabones sí pueden representar una solución al público común, pero que, por lo menos en el caso de sus pacientes, la cosa se complica. Cada semana atiende a entre 2 y 3 personas con una dermatitis irritativa producto de estos jabones.
“A veces usan perfumes muy intensos o excesos de minerales. Sobre todo esos que producen más espuma, que los promocionan así. No llevan controles de calidad y uno no sabe qué productos tiene el jabón. No puedo decirle a mis pacientes si les conviene”, comentó Ovalles.
Un paciente dermatológico de por sí tiene la piel sensible, y utilizar productos así, a ciegas, puede empeorarlo. “Hace como 3 años esto casi no se veía, porque el paciente conseguía el jabón que le recetaba. Ahora si se consigue, está demasiado caro”. Los pacientes tienen que decidir entre comprar las cremas, medicinas o el jabón. “El jabón si alcanza, si lo consiguen”.
Foto referencial: @AlergicaFi
Este artículo peca de sensacionalista, existen muchas posibilidades de valorar como en cualquier parte del mundo el trabajo artesanal, el cual por cierto es más caro que lo industrial por la dedicación y materia prima que utiliza, esto en cualquier rubro.
Si bien es cierto que personas inescrupolosas y algunos no tanto, si ánimo de dañar a nadie se han dado a la tarea de realizar jabonería y cosmética natural artesanal sin el más mínimo conocimiento y asesoría, so muchos más los productores artesanales interesados en que el rubro no se vea afectado por la mala fama de estas situaciones como las que nombran.
Es posible hacer un mejor abordaje de la situación sin ir en detrimento de trabajadores honestos? sin que paguen justos por pecadores?
El hecho de que el gobierno o autoridades sanitarias deroguen la permisología no ayuda a la prevención de accidentes, por el contario. Si no es de su conocimiento, los permisos sanitarios requieren de médicos y ministerio de sanidad con laboratorios para hacer el estudio de cada producto. Esto si representaría una ventaja, puesto que evitaría piraterías y mala materia prima, o malos procedimientos que dañen al consumidor final.
Repito, estamos a lo orden para analizar a mayor profundidad la situación, pero por favor este artículo parece escrito sólo con el interés de dañar personas y no aborda el verdadero conflicto que es la escasez y el subvalora lo artesanal, algo mediocre la redacción y el análisis realizado.
Un poco más de profesionalismo por favor!