Huellas de plástico en el corazón

Quedarse en casa, pero moverse para cuidar la circulación y el corazón. Mantenerse activos durante los días de confinamiento y trabajo remoto es una de las principales recomendaciones en medio de la pandemia en el marco del Día mundial del corazón, fecha que se conmemora cada 29 de septiembre para crear conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares, las principales causas de muerte en el mundo.

“El trabajo desde la casa disminuye radicalmente nuestra movilidad, nos confina a las pantallas y nos induce a permanecer frente a las pantallas por horas, y los tiempos de pantalla aumentan las complicaciones cardiovasculares, aumentan la incidencia de sobrepeso y de síndrome metabólico y aumentan la incidencia de trombosis venosa profunda”, dijo José Miguel Torres Viera, cardiólogo intervencionista y presidente de la Sociedad Venezolana de Cardiología.

Torres Viera, ponente en el seminario “Afectaciones de la trombosis venosa profunda y su manejo durante el aislamiento”, afirmó que una de las posibles complicaciones cardiovasculares durante la emergencia mundial por el nuevo coronavirus es la trombosis venosa profunda, pues la formación de trombos o coágulos puede ser inducida por la falta de movilidad.

Durante el encuentro, organizado por Laboratorios Farma y Conecta Comunicaciones, resaltó que el tiempo en el que las personas permanecen inmóviles o sentadas produce el enlentecimiento del flujo sanguíneo o estasis de sangre, que es uno de los “más poderosos” factores de coagulación.

El corazón bombea la sangre pero requiere de movimiento para que el sistema venoso pueda llevar la sangre de vuelta. Si se forman trombos o coágulos, estos pueden obstruir los vasos sanguíneos y producir una trombosis venosa profunda que impida la circulación.

“Es un circuito cerrado de circulación, es como si tuvieran el corazón en Plaza Venezuela y todas las conexiones viales se centran en el corazón y salen de allí, pero si chocan en Las Mercedes, todo lo que esté por detrás no se mueve. De manera idéntica pasa con la trombosis”, indicó.

La trombosis inicialmente puede aparecer en cualquier extremidad, pero generalmente lo hace en las piernas y el signo más frecuente es aumento de volumen y el dolor en esa zona: “Si usted empieza a sentir que la pantorrilla de un lado es más grande que la otra, que le duele cuando camina, aún sin caminar y cuando se toca, es un signo muy subjetivo de que tiene una trombosis venosa profunda y en ese momento debe consultar al médico”.

Torres Viera añadió que también existe el riesgo de que ese trombo se suelte de la pared, se desplace y termine llegando al corazón y finalmente al pulmón, produciendo una complicación como embolismo pulmonar, debido a que el trombo es más grande que los vasos del pulmón y al llegar ocurre una obstrucción que puede ocasionar la muerte.

Así, el especialista recomienda mantenerse en movimiento, evitar pasar horas sentados o acostados frente a las pantallas y generar disciplina para que evitar el sedentarismo.

“Como consecuencia del COVID-19 tenemos confinamiento. Como consecuencia del confinamiento, tenemos sedentarismo y como consecuencia del sedentarismo podemos tener asociado sobrepeso. Tenemos una bomba perfecta para aumentar las posibilidades de que nosotros compliquemos nuestra salud con la aparición de trombosis venosa profunda, no importa cuál fuera nuestro estado de salud previo”, destacó.

Coagulación y COVID-19

El presidente de la Sociedad Venezolana de Cardiología expresó que el COVID-19 además puede comportarse como una enfermedad vascular inflamatoria generalizada que predispone a que se formen coágulos en el sistema circulatorio.

Añadió que el COVID-19 puede producir tanta debilidad corporal que confina al paciente, pues no le provoca moverse. Al estar en cama, el enlentecimiento de la sangre se suma a la inflamación que produce la propia enfermedad, y el paciente queda predispuesto a la trombosis venosa profunda y al embolismo pulmonar, unas de las complicaciones “más frecuentes y más temidas” de la enfermedad.

“En el COVID-19 adicionalmente se produce una especie de síndrome de hipercoagulabilidad adquirido que el paciente tiene como consecuencia de la gran respuesta inflamatoria que el organismo genera para defenderse de la infección, produce hiperactividad del sistema de coagulación, además de que la inflamación de alguna manera lesiona la pared de los vasos”, dijo.

Torres Viera señaló que todo paciente hospitalizado con COVID-19 debe recibir tratamiento para prevenir la trombosis venosa profunda. Sin embargo, sostuvo que lo mejor es intentar evitar llegar a la situación clínica que obligue a usar un medicamentos que solo se usan cuando el paciente ya está complicado o cuando presentó una enfermedad que se pudo prevenir.