barrio adentro

La Misión Barrio Adentro, el programa social del Gobierno nacional para ofrecer atención primaria de salud a sectores populares y zonas alejadas, no llega a ser considerado un sistema de salud, de acuerdo con un comunicado emitido por el Observatorio Venezolano de Salud (OVS).

Jorge Díaz-Polanco, sociólogo especialista en políticas de salud y firmante del comunicado, define el programa como un “conjunto de establecimientos que eventualmente atienden a la población, con un conjunto de medidas ajenas al ideario nacional, con insumos cuyo control sanitario no existe, con una presencia eventual porque muchos módulos están cerrados o no cumplen el horario establecido, y con una cobertura que no es real” y relanzarlo este año no es más que propaganda.

El también profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) señala que el deterioro del sistema de salud venezolano empezó en la década de 1980, y se ha hecho más acentuada en actualidad por la escasez de medicamentos e insumos que golpea al país. “Hoy el país carece de un sistema público nacional de salud y Barrio Adentro, a pesar de haber recibido una inversión estimada en 38 mil millones de dólares, está lejos de serlo”, dice el documento.

Para Díaz-Polanco, Barrio Adentro siempre fue definido como una red paralela y antagónica, en lugar de ser trabajada como complementaria o buscar la forma de integrarla dentro de un solo sistema y, por lo tanto, “no puede considerarse un sistema de salud”.

“Un sistema de salud es una red institucional que está articulada en función de la necesidad de salud. Su uso adecuado comienza cuando la gente asiste a la atención primaria, esa es su puerta de entrada al sistema y es allí donde debe determinarse si necesita atención especializada”, detalla Díaz-Polanco.

En representación del OVS, Díaz-Polanco explicó que en un sistema de salud, la red de atención primaria (médicos generales, médicos de familia o de choque) debe contar con el personal mejor remunerado, al contrario de lo que ocurre en Venezuela.

“Poco se asiste a la red de atención primaria, sus médicos no son los mejores remunerados, y además debe existir un sistema de referencia desde los niveles más simples hacia los más complejos, y de contrarreferencia si es necesario”, dice el documento.

También señaló que en los últimos 17 años se ha afianzado la privatización del sistema de salud en el país. “Los pacientes ponen los insumos, las medicinas, la ropa, la comida, todo tienen que ponerlo los usuarios del sistema y eso no es un sistema público, es un sistema privado”.

Como otra muestra de lo que está mal en el sistema venezolano cita el caso del Instituto de Previsión y Asistencia Social del Personal del Ministerio de Educación (Ipasme), un sistema de salud -entre otras cosas- que atiende a profesores. Para el profesor esto no tiene sentido, pues lo correcto es contar con un sistema de salud que atienda a todo el mundo.

De acuerdo con Díaz-Polanco, reunificando las instituciones, haciendo un Ministerio técnicamente competente que reduzca su tamaño y delegue a las gobernaciones, alcaldías y parroquias en un esquema de descentralización, en 10 años -en el mejor de los casos- se podría construir un verdadero sistema de salud.

La Misión Barrio Adentro fue lanzada por primera vez en 2003, con médicos cubanos como principal personal de atención y centros de operaciones ubicados en una nueva infraestructura dentro de los barrios, denominadas consultorios populares. Seis años después, en 2009, el fallecido presidente Hugo Chávez reconoció que no estaba funcionando como esperaba y se aplicó el primer reimpulso que ha sufrido el programa.

El 6 de septiembre de este año ocurrió un nuevo relanzamiento: se anunció una nueva fase denominada “Barrio Adentro 100%”, con la que buscan aumentar la cantidad de consultorios populares de 7 mil a 14 mil, tener un médico por cada 250 o 300 habitantes y abarcar a todo el país.

Foto: panorama.com.ve

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