En Petare, este 10 de junio, la frase que más se repetía en las calles era: “aquí no hubo saqueo, eso fue vandalismo”. Para los comerciantes que se quedaron paralizados mientras una turba de personas se apoderaba de su mercancía, “saqueo” sería una acción justificable por la necesidad que genera el desabastecimiento y la inflación. Pero lo que ellos vivieron, no. “Eso no era hambre, era vandalismo”, sentenciaron.
De acuerdo a los testimonios recogidos por Efecto Cocuyo, un delincuente rompió el seguro de un camión de carnes que esperaba en la cola de vehículos cerca de la Plaza El Cristo de Petare. Mientras tanto, un grupo de motorizados le trancaba el paso al conductor del camión, quien se vio obligado a ser testigo pasivo del robo de la carga que trasladaba.
Eso ocurrió a las 11:00 am. Para las 2:00 pm el mismo grupo había hecho suyas las mercancías de al menos ocho unidades: anime, tequeños, pollo, chucherías, jugos, yogures y embutidos. Esos eran los productos a los que les pusieron las manos los “vándalos, que a camión que pasara por Petare o Palo Verde, lo agarraban”.
“Como a las 2:00 pm ya las cosas se habían calmado. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) estaban en la plaza. Todo estaba full de funcionarios y por eso abrimos la puerta. De repente, se metió un poco de gente con palos, mandarrias, esmeriles, tubos. Rompieron dos mostradores completos, se llevaron tortas, cajas de Gatorade, toda la charcutería y hasta una caja registradora. Parecían bachacos”, dijo una de las empleadas de la panadería Flor del Río, ubicada en la calle Federación, a 20 metros de distancia del despliegue policial.
Ella, que tiene ocho años trabajando con el dueño del local, no supo qué hacer. Así como los conductores de los camiones, se quedó paralizada detrás de uno de los mostradores y se limitó a ver el saqueo. Los nueve trabajadores que estaban allí no resultaron heridos.
Este viernes, el local abrió una sola santamaría y los dueños taparon los daños con bolsas negras. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) no habían visitado el comercio para iniciar las investigaciones pertinentes para las 11:00 am.

El cuerpo detectivesco tampoco apareció por la zona 4 de José Félix Ribas, donde cuatro comercios fueron víctimas de saqueos durante la noche del jueves. Dos carnicerías, una panadería y un supermercado pequeño fueron los afectados y el viernes estaban cerrados, mientras unos herreros reparaban las santamarías.
“Estoy decepcionado porque era la misma gente de la comunidad los que saquearon mi local. Los mismos que me pedían fiado”, exclamó José Batista, dueño del Supermercado José Félix Rivas. En ese comercio no dejaron nada los hombres armados que propiciaron el robo masivo desde las 11:00 de la noche del jueves.
El negocio era propiedad de sus padres y él lo recibió en herencia cuando éstos murieron. “Yo logré levantarlo, sacarlo adelante. Ahora me pondré a trabajar para otros, me meteré a encargado de alguna panadería”, mencionó consternado Batista, quien en 1989 fue víctima de saqueo durante los hechos del Caracazo.

En estos cinco comercios no hubo ninguna autoridad policial que se acercara. Pero en La Urbina, en la Panadería Duri, sí. En horas de la mañana del viernes funcionarios de la Policía de Sucre y de la GNB custodiaban el sitio, mientras trabajadores recogían los escombros y limpiaban el desastre que la turba dejó el día anterior, cuando lo saquearon.
De forma extraoficial se conoció que durante los disturbios que se presentaron la mañana del jueves 9 de junio y se extendieron hasta la madrugada del viernes, se afectaron a cerca de 45 comercios. Hasta la fecha, ninguna autoridad se ha pronunciado al respecto.
“Algunos clientes nos pidieron que no les despacháramos, o si no, le teníamos que entregar los pedidos por una puertica. Tenían miedo de que se produjera otra vez el saqueo. Pero bueno, hay que trabajar. Eso sí, con precaución. El camión nunca lo apagamos para salir corriendo en caso de emergencia”, dijo el chofer de una unidad que entregó carne de res a cinco locales de Petare.
Pese a los hechos violentos que vivieron, los comerciantes formales e informales trabajaron durante todo el viernes, incluso en un recorrido por la zona se pudo contar al menos cuatro camiones de productos que circulaban por las calles que un día antes estaban convulsionadas.
