Un grupo de 203 migrantes venezolanos retornó este miércoles a su país en un nuevo vuelo de repatriación luego de haber sido deportados por Estados Unidos, informó el Gobierno de Nicolás Maduro.
Del total, 154 son hombres y 49 son mujeres, quienes aterrizaron en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar (La Guaira), que sirve a Caracas.
Posteriormente, se aplicaron los «protocolos de seguridad y la atención social por parte de las instituciones del Estado», indicó el Ministerio de Interior en una nota oficial, sin dar detalles sobre este procedimiento.
Te contamos: Venezuela recibe un vuelo con 213 migrantes deportados desde Estados Unidos
Es el vuelo de deportación número 41
Además, cada uno de los repatriados recibió atención médica, según la cartera de Estado, que señaló este vuelo como el número 41, contando desde el pasado enero, cuando la Administración del presidente estadounidense Donald Trump y el Gobierno de Maduro suscribieron un acuerdo de deportación, aunque ambos países no tienen relaciones diplomáticas desde 2019.
El chavismo asegura que los viajes son parte de la ‘Misión Vuelta a la Patria’, un programa gubernamental con el que Caracas busca facilitar el retorno voluntario de migrantes venezolanos a su país, además de recibir a los connacionales deportados por EE.UU.
La semana pasada, las autoridades venezolanas recibieron a un total de 417 migrantes deportados por el país norteamericano.
Los vuelos llegan con regularidad desde el pasado mes de febrero, aunque hubo una pausa en marzo cuando Donald Trump decidió revocar la licencia de operación de la petrolera estadounidense Chevron en territorio venezolano.
Ese mismo mes, el republicano decidió enviar a más de 200 venezolanos a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, al acusar a los connacionales de ser miembros de la banda delictiva Tren de Aragua, que nació en una cárcel venezolana, aunque no presentó pruebas para justificar tal medida.
Familiares de varios de esos deportados, que aún permanecen en el país centroamericano, negaron que sus seres queridos tuvieran vínculos con el grupo criminal y dijeron que los deportaron solo por tener tatuajes.