Los días de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil llegaron a su fin. Con 61 votos a favor y 20 en contra el Senado despojó del cargo a la ahora exmandataria, convirtiéndose en el tercer proceso de impeachment en el país, y primero desde el expresidente Fernando Collor en el año 1992.

El Senado brasileño señaló a Rousseff como culpable de incumplir con la Ley de Responsabilidad Fiscal, al haber modificado el presupuesto nacional sin autorización legislativa, además de considerar que el gobierno tomó créditos de la banca pública.

El proceso de remoción dio comienzo el pasado 11 de abril, luego de que una comisión parlamentaria decidiera que existen razones jurídicas que justifican la apertura de un juicio con miras a su destitución. 

Días después, el 17 de abril, una mayoría de 350 miembros de la Cámara de Diputados aprobó enviar a Rousseff a un juicio político.

Dicho juicio fue sometido a votación el pasado 12 de mayo en una sesión del Senado, donde 55 integrantes, de 41 necesarios, decidieron dar inicio al juicio contra la exmandataria, lo cual separó a Rousseff del poder por un lapso de 180 días y permitió al antes vicepresidente, Michel Temer, asumir la jefatura del país.

Culminado el lapso reglamentario, y luego de haberse pronunciado a favor de la continuidad del proceso judicial contra Rousseff, se terminó por oficializar la destitución de la expresidenta.

Durante el proceso, Rousseff negó en diversas oportunidades que las maniobras financieras hayan sido “irregularidades”, y rechazó que ella tuviera alguna intencionalidad de firmar los decretos. Por esto, catalogó la investigación como un “golpe de Estado“.

Rousseff se vio involucrada en el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, cuando el Supremo Tribunal Federal de Brasil publicó en el 2015 una lista de políticos sospechosos en el caso de corrupción en Petrobras.

La operación, mejor conocida como “Lava Jato“, comenzó en julio de 2013, luego de que la Policía Federal de Curitiba investigara una red de lavado de dinero, que los terminó conduciendo a la estatal petrolera y la desviación de capitales.

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1 comentario

  1. Observando a travèz de la tv a una senadora de brasil, senti verguenza
    ajena por los politiqueros; como pueden pedir que dejaran fuera de una
    aplicaciòn o la inobservancia de la ley, por preservar el pago que le
    deben hacer a futuro a la presidenta destituida. Estas son las miserias
    de la politiqueria; se olvidan de los derechos del ciudadano de apie. El
    gorila que gobierna en VENEZUELA diciendo que Lula y Dilma es lo màs
    grande que ha dado Brasil en los ùltimos 200 años, donde deja a Fernando
    Enrique Cardozo el construtor del progreso y el avance del gran gigante
    del sur. ¿Què puede saber burro de pasta de diente? !Unidada,
    Unidad,Unidad¡.

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